18 de noviembre de 2008

Cortázar

Ya son dos las veces que he estado en el cementerio de Montparnasse buscando la tumba de Julio Cortázar. Todos me dicen que está allí y que la han visto, pero estoy seguro de que es mentira. Ninguna de las dos veces me la he encontrado. Hay un gran mapa a la entrada del cementerio que indica dónde está, pero luego vas, das dos o tres vueltas por donde te marcan en el mapa y no hay manera de hallarla. Es una cosa de locos. Te pierdes entre las lápidas, dudas si estás vivo o muerto, te tropiezas con locos desnortados y medio luciferinos deambulando entre las tumbas, y llega un momento en que no sabes dónde diablos estás. Me acaba de pasar por segunda vez.

Cuando ya me iba casi me caigo al tropezarme con un pequeño jarrón de flores secas. Estaban sobre la tumba de Ionesco. Nadie me había dicho que Ionesco estaba enterrado en Montparnasse. Me lo tomé como una broma de Cortázar, y estoy seguro de que Julio me estaba observando muerto de la risa desde el fondo del cementerio. Es mentira que esté muerto y enterrado. Un mortal nunca podría escribir Rayuela, y si la escribe está condenado a no morir nunca. Lo del cementerio de Montparnasse no es más que una coartada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estuve en verano y no recuerdo haber visto el nombre en el mapa que te dan con todos los ilustres.

Cuando llegue a casa lo revisaré, pero me hubiera llamado la atención cuando leí la lista de personajes famosos.

Juanjo dijo...

Y es que hay obras que están "condenadas" a "condenar" a su autor a la inmortalidad.

Por cierto Santiago, ¿sabría usted si, según dicen, de las tres obligaciones del hombre antes de morir (tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro), ésta de escribir sea para que nuestro paso por el mundo no sea olvidado?

A veces he pensado en esto. Y se me ocurren pocas alternativas. Lo que si tengo claro, es que algunos pasos por el mundo, una vez enseñado lo que no debe hacerse, sí que merecen ser olvidados.

Gracias.

Editor dijo...

Hola Acatos, bienvenido, el mapa está a la derecha según entras en el cementerio, y allí aparecen diferentes tumbas como la de Baudelaire, también dificil de encontrar pero accesible. La de Cortázar te la sitúan en la zona central, y este mismo verano fueron dos amigos poetas y la hallaron sin problemas. Todo el mundo la encuentra y yo te aseguro que di vueltas y vueltas y no hubo manera.

Lo que preguntas, Mucho que contar, tiene su aquél. Antes que nada te pido que nos tuteemos. Yo he escrito otras veces que los pueblos que no escriben sólo dejan fósiles. De cualquier forma, creo que algún día estarán las letras y que no quedará nadie para descifrarlas. No es una visión pesimista de la humanidad. Habitamos una cabeza de alfiler en medio del infinito, y por mucho que escribamos acabaremos siendo olvido. Otra cosa es todo lo que podemos disfrutar viviendo, y sobre todo leyendo y escribiendo.