11 de noviembre de 2008

Deslealtad

Algún día a lo mejor me recuerda y me agradece las noches que permanecía despierta escuchando sus soliloquios desesperados y contradictorios, o la complicidad que le brindaba cuando venía con amantes, o el favor que le hacían mis paredes separándolo del ruido y de la mezquindad de la calle. Supongo que cada cual tiene su papel sobre la tierra; no me quejo. Lo que me molesta es que me haya dejado en manos de esos horteras de la inmobiliaria. Ni siquiera ha tenido la decencia de venderme o de alquilarme él mismo. Se llevó los libros, las cartas de amor que me leyó en voz alta y también las canciones tristes que tanto me gustaban. El pánfilo de la inmobiliaria no hace más que destacar mis excelentes vistas y la calidad de mis materiales. No para de repetir todo el rato que soy una ganga.

6 comentarios:

Juanjo dijo...

Me ha gustado mucho esta reflexión.
El sábado conversaba con el abuelo de mi hijo sobre lo poderosas que son las palabras y las imágenes, quizá también sea poderoso el sonido. Escuchábamos una canción de Acapulco, y él me dijo que le traían mil y un recuerdos de su primer amor, hace ya cuarenta años. Me limitér a asentir y guardarme mis historias que, en el fondo, eran iguales que las de él.
Puede que en el futuro, el sonido de una nota o la lectura de una palabra haga que se acuerde de esa compañera donde tantas vivencias enterró.
Gracias, Santiago.

Anónimo dijo...

Me parece que tiene inmobiliaria para rato...

Treinta Abriles

Editor dijo...

Los primeros amores nos hermanan a todos porque todavía no andamos tan maleados y tan poco atentos a los placeres como cuando pasamos una cierta edad. Pero como decía Aute, queda la música, sin duda nuestra mejor aliada para viajar hacia nosotros mismos junto con los olores. ¿Me equivoco si esa canción que escuchaba tu suegro era María Bonita? (genial la interpretación de Toña la Negra). Y bueno, si no la han leído, les recomiendo el libro del mismo título de Martínez de Pisón. Realmente recomiendo cualquier libro de él. Un magnífico escritor, para mí de los mejores escritores en castellano de los últimos años.
Cáustica y sentenciosa Treinta Abriles. Efectivamente, le queda una larga espera hasta que acoja una nueva historia pasajera entre sus paredes.

Juanjo dijo...

Estoy de acuerdo. No es "María Bonita". Creo que se llama "En mi viejo san Juan", pero no lo afirmo categóricamente, por si me equivoco, cosa bastante habitual en mí. Ya he oído la canción y es preciosa, estoy seguro que don Jaime también la escuchaba en su juventud.

Editor dijo...

En mi viejo San Juan es una canción realmente bella, muy bella en las ditintas versiones que he encontrado. Habla de San Juan de Puerto Rico y de lo que uno puede echar de menos su lugar en el mundo. Es una canción, como le sucede a tu suegro, para revivir viejos amores olvidados.

Juanjo dijo...

Es muy bonita, sí. Ahora lo confirmo que era "En mi viejo san Juan" La versión que sonó durante nuestra charla es la de de Javier Solís, Jorge Negrete y Pedro Infante ¡Trío de ases! Don Jaime la escuchó en el malecón de Veracruz, un sitio con tanto encanto como Puerto Rico.