30 de noviembre de 2008

Las caídas

Claro que es inevitable un descenso a los infiernos. Sólo de allí es posible salir otra vez con vida. La creación requiere muchas veces de una caída fatal en la que apoyarse.

7 comentarios:

Juanjo dijo...

Correcto. Y es que parece ser que sólo aprendemos a base de golpes.

Editor dijo...

Efectivamente, de errores y de repeticiones y repeticiones de errores; aunque nos salva la conciencia de la equivocación.

Treinta Abriles dijo...

Si. La conciencia es la única que te salva.

Otras veces, esa conciencia impide que te embarques en una aventura maravillosa. Así es la vida.

Editor dijo...
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Editor dijo...

El comentario suprimido estaba escrito por mí: en lugar de conciencia puse conciesa, que tampoco está mal para tomarla como nueva palabra: lo que quería decir es que juega mucho la conciencia, pero a veces juega más, y se entiende que mejor, la consciencia, esa arpía que tanto frena los sueños con sus temores y sus realidades.

Treinta Abriles dijo...

La consciencia es como la conciencia. Peo al menos aquella, se basa en la realidad. La conciencia se basa en experiencias de otros o propias pasadas, algo que ya no existe, pero que, es el instinto que quiere que sigas vivo, basándose en toda la información que se fue grabando en tu interior.

Editor dijo...

Tomo nota. Siempre soprendes con tus precisiones tan certeras.