28 de diciembre de 2008

El temblor

Recuerdo cuando pescaba de niño y un pez acababa mordiendo el anzuelo. Uno no tenía noción de estar matando a otro ser vivo, ni tampoco de qué era lo que había más allá de aquel temblor de la tanza que tanto nos emocionaba: entonces no sabíamos que las vibraciones de la caña eran los últimos latidos del pescado moribundo, sus postreros esfuerzos para que no lo arrancaran violentamente de su paraíso azul y abisal de fondos infinitos.

De tener que pescar me quedaría con cualquier atisbo de talento que el gran Javier Krahe hubiera dejado por el mundo. Es grande. Genial. No se pierdan esta canción, o mejor no se pierdan nada de él.



Otra joyita de Krahe:

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esfuerzos inútiles, sin duda, como los nuestros, por intentar que este mundo sea mejor....

Anónimo dijo...

Hoy m desperte,inquieta desasosegada,todo parecia un unico yó, en una unica batalla perdida"grotesca burla del destino".
Tanto tiempo escondida en el caparazón de la tortuga en que me he convertido.No sé si para detenener el tiempo más lentamente o para no darme cuenta de como nos acercamos al abismo irremediablemente.
Dias,atardeceres que nunca acaban y nunca acabarán,
porque dia a dia volveran a nacer poemas en la solitaria noche de invierno.volver a desnudar esos universales versos, de inicua fatalidad que harán peligrar la la pretenciosa eternidad...

Distancia que birlaste de mi,aquel grato sabor a miel,que se transformó en tinta y papel...

Papel y versos planetas y estrellas,resuellos de silencio...Musica;te abrazo te percibo y te siento.

Jaime dijo...

A mí también me gustaría pescar algún talento que me hiciera sentir algo de orgullo. Como no lo tengo, me conformo con hacer un mal trazo de la realidad de hoy. Ya me gustaría a mí hacerles un himno que perdurara en la memoria, para aliviar un poco los dolores de la tragedia...

La Nakba.

Hoy he visto los cuerpos
enterrados en su propia sangre.
Hoy he visto una tierra sin dueño
teñida con los charcos rojos.

El fuego y el ruído,
gritos bajo escombros,
búsquedas y llantos,
carreras de miedo,
desmayos, dolores,
huérfanos perdidos,
madres que se abrazan
al humo asfixiante
de las soledades.

Piedras que se lanzan
con la rabia inútil
del brazo pequeño
de otro niño herido.

Más sangre, más humo,
más llamas ardiendo
entre los fragmentos
del futuro infierno
que traerá mañana
llagas, cicatrices,
silencios vestidos
de banderas negras
y lágrimas nuevas
que oxidan los sueños
de llaves guardadas
junto a la esperanza.

Jaime dijo...

A mí también me gustaría pescar algún talento que me hiciera sentir algo de orgullo. Como no lo tengo, me conformo con hacer un mal trazo de la realidad de hoy. Ya me gustaría a mí hacerles un himno que perdurara en la memoria, para aliviar un poco los dolores de la tragedia...

La Nakba.

Hoy he visto los cuerpos
enterrados en su propia sangre.
Hoy he visto una tierra sin dueño
teñida con los charcos rojos.

El fuego y el ruído,
gritos bajo escombros,
búsquedas y llantos,
carreras de miedo,
desmayos, dolores,
huérfanos perdidos,
madres que se abrazan
al humo asfixiante
de las soledades.

Piedras que se lanzan
con la rabia inútil
del brazo pequeño
de otro niño herido.

Más sangre, más humo,
más llamas ardiendo
entre los fragmentos
del futuro infierno
que traerá mañana
llagas, cicatrices,
silencios vestidos
de banderas negras
y lágrimas nuevas
que oxidan los sueños
de llaves guardadas
junto a la esperanza.

Anónimo dijo...

Jaime: me has emocionado,profundamente.

Editor dijo...

Suscribo el comentario anónimo. Gracias por estar por aquí, Jaime.