17 de diciembre de 2008

El tiovivo



Se subió al tiovivo y empezó a darse vueltas a sí mismo. Se había pasado con el ron, eran las cinco de la mañana y el vigilante de las atracciones le tuvo que sacar un ojo de una pedrada para que se parara. Cuando era niño y se subía a los tiovivos sus padres le bajaban del caballo entre sonrisas y los vigilantes le miraban con dulzura.

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