11 de febrero de 2009

Escaparates

Anda solo por las calles en la madrugada. Lo ha perdido todo. Sólo le quedan los sueños que mira cada noche detrás de los escaparates.

6 comentarios:

Treinta Abriles dijo...

Quien sueña, vive dos veces.

Editor dijo...

...Y quien lee, viaja y sueña todavía vive muchas más vidas.

Jaime dijo...

Al otro lado.

Tú que me ves paseando
de madrugada,
con los ojos perdidos
en los cristales,
no imaginas que escondo
en mis bolsillos
los sueños que he encontrado
por las calles,
que pierden a diario
los que me miran
con los ojos perdidos
en los cristales
de la guarida limpia
del vagabundo.


Alimentarse de sueños no engordará, supongo...

Buenas. Que hacía tiempo que no pasaba por aquí. A ver si encuentro tiempo para leerte y contestarte más a menudo.

Un besazo para todos. Y no tengan mucho en cuenta el casipoema ese, que hace ya tiempo que no me siento a escribir nada...

Treinta Abriles dijo...

Porque leer también es soñar.

Anónimo dijo...

No hay que quedarse mirando, hay que ir a por ellos.

Editor dijo...

Hola Jaime, echábamos de menos tus poemas y tus comentarios. La espera ha valido la pena. Un abrazo.
Efectivamente, Treinta Abriles, leer es soñar, y además lo hacemos despiertos, y luego cuando dormimos supongo que también acabará influyendo en la calidad de los otros sueños. Hay que compensar con la lectura toda la bazofia que se traga el inconsciente a diario.
He ahí la clave, Recién Llegada, hay que ir a por los sueños con todas las cosecuencias.