¡Qué canción tan bella! La literatura también se canta.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Quien se arranca el corazón del pecho en la noche, quiere alcanzar la rosa. Suya es su hoja y su espina, a él le deposita la luz en el plato, a él le llena los vasos de aliento, a él le susurran las sombras del amor.
Quien se arranca el corazón del pecho hacia la noche y lo lanza a lo alto, ése no yerra el blanco, ése lapida la piedra, a él le suena la sangre del reloj, a él le quita su hora con un golpe el tiempo de la mano: él puede jugar con pelotas más bellas y hablar de ti y de mí.
Qué casual lo de Paul Celan. Tengo ante mí un magnífico libro de Siruela sobre la correspondencia que se cruzó con Gisèle Celan. Es el libro que me acompañará en los viajes guagüeros de esta semana. A Séneca le debo mucho, entre otras cosas su libro sobre la brevedad de la vida y su tratado sobre la felicidad: lo leí con dieciocho años y me cambió por completo el concepto de muchas cosas. Salvando algunos anacronismos, y mi innata tendencia al hedonismo, lo estoico quedó en mí como un camino a seguir si uno quiere lograr la armonía y el equilibrio.
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Quien se arranca el corazón del pecho en la
noche, quiere alcanzar la rosa.
Suya es su hoja y su espina,
a él le deposita la luz en el plato,
a él le llena los vasos de aliento,
a él le susurran las sombras del amor.
Quien se arranca el corazón del pecho hacia la
noche y lo lanza a lo alto,
ése no yerra el blanco,
ése lapida la piedra,
a él le suena la sangre del reloj,
a él le quita su hora con un golpe el tiempo de
la mano:
él puede jugar con pelotas más bellas
y hablar de ti y de mí.
Paul Celan
http://www.youtube.com/watch?v=YXGjYvdoIYE
La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.
Seneca.
http://www.youtube.com/watch?v=3DXCHa9BYfE
Qué casual lo de Paul Celan. Tengo ante mí un magnífico libro de Siruela sobre la correspondencia que se cruzó con Gisèle Celan. Es el libro que me acompañará en los viajes guagüeros de esta semana. A Séneca le debo mucho, entre otras cosas su libro sobre la brevedad de la vida y su tratado sobre la felicidad: lo leí con dieciocho años y me cambió por completo el concepto de muchas cosas. Salvando algunos anacronismos, y mi innata tendencia al hedonismo, lo estoico quedó en mí como un camino a seguir si uno quiere lograr la armonía y el equilibrio.
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