15 de abril de 2009

La sotana

Ese cura con sotana, gordo, solo, sentado en la plaza a las siete de la tarde de un día laborable, está esperando a que alguien entre a la iglesia para empezar con la misa diaria que lleva oficiando hace cuarenta años. Las dos últimas beatas que le eran fieles a Dios y a sus sermones interminables y moralistas se le murieron de viejas el pasado otoño.


(Probablemente estaré fuera de cobertura tecnológica hasta el próximo domingo. Intentaré acercarme a un ordenador y activar los comentarios que vayan llegando al blog. Si no fuera posible ese acercamiento, le daría salida a los mensajes el domingo. Sí dejo programado contenidos para los próximos días. Disculpen esta pequeña ausencia transitoria)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa lejanía cada vez más presente ha de producir una reflexión en quienes imparte esa actividad. Yo, personalmente, no creo en eso que "ofrecen". La persona me merece más respeto que lo que allí acontece.

Un abrazo Santiago. Hasta el domingo.

Anónimo dijo...

Todo lo que ceemos ver en los demas, lo estamos viendo
de nosotros mismos.