Hola David, es verdad, mantenemos la memoria de los que quisimos, pero más tarde o más temprano también ellos serán olvido, y luego nosotros, y los que vengan después de nosotros. Por eso hay que quitarle trascendencia a todo aquéllo que no lo tiene. Muchas gracias, Dina. Ellos viven felices, pero su felicidad nunca será intensa. Se es feliz cuando se sabe que se está derrotando al olvido y a la muerte. Lo conseguimos pocas veces, pero la satisfacción es mucho mayor. La literatura, por ejemplo, es un arma efectiva contra la mediocridad pactada que nos tratan de imponer las religiones y los alicortos que lo ven todo con ojos color dinero.
He pasado dos semanas al otro lado del charco, dnde las desapariciones son frecuentes pero nunca son noticia, salvo, curiosamente, ahora. He aparecido en España desde México, aunque mi estancia ha sido en Veracruz. Tengo total conciencia de haber desaparecido de allí y dejado lo más importante que tengo en el mundo, mi hijo. Sin embargo, y aquí entra ese comentario acertado que haces sobre la literatura y la mediocridad, unos mediocres que no saben casi nada levantan las alarmas y otros más mediocres todavía desaparecen en las tragedias sin ni siquiera preguntarse donde volverán a aparecer y si son realmente conscientes de esa desaparación provocada por el agujero negro de la ignorancia.
6 comentarios:
Los que nos importan no desaparecen...Y sin embargo a veces queremos no estar en según qué situaciones.
Un abrazo Santiago
Si es que no hay nada peor que no saber lo que pasa. Y sin embargo, los hay que son felices así.
Linda reflexión, Santiago.
Saludos!
Hola David, es verdad, mantenemos la memoria de los que quisimos, pero más tarde o más temprano también ellos serán olvido, y luego nosotros, y los que vengan después de nosotros. Por eso hay que quitarle trascendencia a todo aquéllo que no lo tiene.
Muchas gracias, Dina. Ellos viven felices, pero su felicidad nunca será intensa. Se es feliz cuando se sabe que se está derrotando al olvido y a la muerte. Lo conseguimos pocas veces, pero la satisfacción es mucho mayor. La literatura, por ejemplo, es un arma efectiva contra la mediocridad pactada que nos tratan de imponer las religiones y los alicortos que lo ven todo con ojos color dinero.
Totalmente de acuerdo, Santiago. Además de que esa felicidad no sea intensa, tiene fecha de caducidad.
Me gusta esa visión que describes sobre la literatura.
Un saludo!
Se supone que las dos opciones son posibles, pero prefiero la segunda. Se acerca más a los sueños...
Saludos maestro.
He pasado dos semanas al otro lado del charco, dnde las desapariciones son frecuentes pero nunca son noticia, salvo, curiosamente, ahora.
He aparecido en España desde México, aunque mi estancia ha sido en Veracruz. Tengo total conciencia de haber desaparecido de allí y dejado lo más importante que tengo en el mundo, mi hijo. Sin embargo, y aquí entra ese comentario acertado que haces sobre la literatura y la mediocridad, unos mediocres que no saben casi nada levantan las alarmas y otros más mediocres todavía desaparecen en las tragedias sin ni siquiera preguntarse donde volverán a aparecer y si son realmente conscientes de esa desaparación provocada por el agujero negro de la ignorancia.
Estoy de vuelta. Un placer volver a leerte.
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