10 de octubre de 2009

El insomne

El mar nunca duerme. Lo sabemos los que nos hemos criado cerca de la orilla. Si alguna vez durmiera dejaría de ser azul.

2 comentarios:

Treinta Abriles dijo...

Todo lo que se para, lo que nunca cambia, lo que no se utiliza, está condenado a morir.

Editor dijo...

Y la naturaleza, Bea, es un ejemplo diario de lo que dices. Nosotros, además, nos olvidamos a veces que formamos parte de ese mismo mundo evolutivo y cambiante en el que hay que saber adaptarse constantemente a las nuevas circunstancias que van surgiendo. Un abrazo