La vida nos ofrece casi todo el tiempo finales de consolación, tristes partidos por el tercer y cuarto puesto que nos dejan aliquebrados y depresivos. Las grandes finales las suelen jugar casi siempre los otros, y nosotros, cuando alguna vez las hemos jugado, no nos solemos dar cuenta hasta que las perdemos.
2 comentarios:
Si, esa sensación es la que más familiar de todas.
No sé si eso curte o mata los sueños.
Creo que nos curte y ayuda a superarnos, aunque es verdad que cuando te ves obligado a matar muchos sueños tu mirada se torna también moribunda. Un abrazo
Publicar un comentario