8 de abril de 2010

Los días de mercurio



Lo fácil es no arriesgar con las palabras. Hay escritores que dan con una fórmula y la repiten hasta la saciedad creando personajes clónicos, diálogos casi repetidos y ese tono que hace que un libro se acabe pareciendo al otro anterior en todo menos en la portada y en el título. Hay otros escritores que pudiendo explotar lo que ya saben que gusta a los lectores prefieren reinventarse y adentrarse por nuevos caminos a la hora de encarar la narración. Alexis Ravelo se incluye en estos últimos. Su última novela, Los días de mercurio, es una reinvención raveliana que nos sorprende a todos por sus frases cortas y en muchos casos aforísticas, por sus capítulos también más cortos y desprendidos de lo que no es imprescindible, y por un tono que la aleja de sus obras anteriores.
Podríamos decir que es su mejor novela, pero eso lo debe decidir cada cual cuando se lea las dos entregas de Monroy o La noche de piedra, todas ellas excelentes narraciones, de mucha calidad literaria y acogidas exitosamente por los lectores. Para mí Los días de mercurio sí es la mejor novela de Alexis Ravelo. Quizá porque me ha sorprendido su planteamiento y su fluidez, o por los excelentes diálogos que jalonan toda la obra, o sencillamente porque era el argumento que estaba esperando estos últimos días de marzo de 2010.
Hay una trama que engancha desde el primer capítulo, pero sobre todo hay personajes que palpitan y que uno reconocería fácilmente si se los tropezara por la calle, o si nos los hubiéramos tropezado por aquellas calles sacristanescas y grises de la posguerra española. Le podríamos poner la etiqueta de novela negra. Se ajusta a lo que ahora mismo se entiende por novela negra, incluyendo en ésta una necesaria crítica social que se evidencia en el destino de cada uno de los personajes; pero a mí me gustan poco las etiquetas: como lector la catalogaría como una magnífica novela, sin aditivos, sin etiquetas. No sé cuál será su recorrido ni en qué manos caerá en los próximos meses o en los años venideros, pero merece la pena que la respete el olvido y que cuente con lectores que le den mucha vida. No sé si Alexis Ravelo seguirá por esta senda que acaba de inaugurar o si regresará a la novela clásica y más enjundiosa. En cualquiera de las dos orillas sabe que está a salvo. Tampoco me extrañaría otro giro inesperado en su apuesta narrativa. Lo que sí creo es que está en el camino correcto, recogiendo el esfuerzo de muchos años de escritura y de lecturas, haciendo bueno el adagio de que sólo quien arriesga termina ganando. Y gana porque puede respirar con la tranquilidad del deber cumplido y con la sapiencia de que ha ido poniendo todo de su parte para que la palabra habite el espacio mágico de las emociones y de la ficción. Algo se mueve en Canarias. Los días de mercurio no hace más que confirmar que estamos viviendo un momento clave en la literatura escrita en las islas.

Los días de mercurio
Alexis Ravelo
Anroart Ediciones. 185 páginas. 14 euros

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