2 de marzo de 2010

Náufragos

Si te vas
vuelven las ensaladas sin aliño,
los almuerzos solitarios
con la televisión sin volumen,
el vino triste de última hora de la noche,
y la confusión del sexo con los sentimientos.
Podría salir a calle y comerme el mundo,
y besar otros labios sin remordimientos.
Ya tú no estás.
Pero no tengo ganas de salir,
ni de mendigar caricias o palabras de aliento.
Todo está perdido de antemano.

11 comentarios:

Gaviota dijo...

Compartiendo los instantes de soledad nos sentimos menos solos, o quizá simplemente conseguimos que los otros sientan parte de nuestra desolación. Gracias por ayudarnos a sentir.

Anónimo dijo...

Es el tiempo... es tu tiempo y es mi tiempo,
quizás ese tiempo es sabio y sabe cuando hablar y cuando callar...

Es el tiempo en el que caminamos sin caminar,
quizás ese tiempo nos llevó...

Es el tiempo que duró en despertar,
quizás ese tiempo no fue en vano,

Es el tiempo que nos condujo a buscar refugio en otro lugar,
quizás ese tiempo fue un aliado en el camino que elegimos transitar.

Es el tiempo que necesitábamos recorrer,
quizás ese tiempo nos ayudó a comprender...

Anónimo dijo...

Real como la vida emocionA...
http://www.youtube.com/watch?v=iSMGpnqKL4w

Editor dijo...

Gracias, gaviota, por posarte entre estas palabras
*
Bello poema
*
Bella canción.

Anónimo dijo...

Los navegantes solitarios no buscan naufragar, siempre esperan el vuelo de una gaviota, una estrella que guié su derrota, la luz de un faro o un puerto al que arribar. ¿Qué diríamos de los naufragios compartidos? Quizá son menos silenciosos, pero al menos se puede sentir la experiencia de unas úlltimas palabras de amor. Antes que un oscuro bar, del que siempre se sale ahogado, mejor aullarle a la Luna.

Editor dijo...

Mejor aullarle a la luna y seguir confiando en las luces de los puertos al final de todos los horizontes. Un abrazo

Anónimo dijo...

Hay ganas de volver, de amar, de no ausentarse,
y hay ganas de morir, combatido por dos
aguas encontradas que jamás han de istmarse.
Hay ganas: de un gran beso que amortaje a la Vida,
que acaba en el áfrica de una agonía ardiente,
suicida!
Hay ganas de... no tener ganas. Señor;
a ti yo te señalo. con el dedo deicida:
hay ganas de no haber tenido corazón.
La primavera vuelve, vuelve y se irá. Y Dios,
curvado en tiempo, se repite, y pasa: pasa:
a cuestas con la espina dorsal del Universo.
Cuando, las sienes tocan su lúgubre tambor...
cuando me duele el sueño grabado en un puñal,
hay ganas de quedarse plantado en este verso!

César Vallejo,

Anónimo dijo...

Si te vas... vuelve el silencio incómodo.
Ese del que no se puede gozar, porque no puede ser buscado.

Editor dijo...

Cómo me gusta ese poema de Vallejo, cómo me marcó el libro Los heraldos negros cuando tenía diecisiete años (y el poema que le daba título a aquella vieja edición bonaerense de Losada que cayó en mis manos y que todavía conservo). Cuánto le debo. Él reposa en París, en Montparnasse, cerca de Cortázar, de Baudelaire o de Ionesco. Muchas gracias
*
Ese silencio incómodo suele ser demoledor. Te escapas de él cerca del mar o en el campo dejándote llevar por el canto de cualquier pájaro minúsculo que te puede salvar el día. Un abrazo

Anónimo dijo...

Conferencia de Prensa o Clase Magistral de Periodismo o Realidad Internacional La terquedad como coherencia yo no temo a no cambiar Entrevista a Alfredo Bryce Echenique sin preguntas.

http://www.youtube.com/watch?v=viqZrKjbzvQ

MM dijo...

me encanta...
sentimientos compartidos.
saludos.
Vanina.