No es el junco la única especie que se adapta a los vientos y a los grandes desajustes meteorológicos. Los canarios siempre hemos sabido que son las palmeras las que se doblan y se quiebran desde mucho más arriba sin perder nunca la hidalguía enhiesta que corona los sueños.
2 comentarios:
Santiago, ayer leí dos poemas tuyos que tenía pendientes. Si no pudiste sintonizar el programa el podcast estará puesto en mi blog en unos días.
Un abrazo, te leo, aunque no tengo tiempo ni para comentar.
Muchas gracias, Inma, por la difusión catalana. Un fuerte abrazo
Publicar un comentario