28 de mayo de 2010

Max Brod

Yo me encontré a Kafka y a Rilke paseando entre las sombras y la niebla de Praga mientras Mozart tarareaba enamorado los primeras acordes del Don Giovanni. Max Brod iba conmigo camino de un Pivo Bar que estaba en la ribera del Moldava. Él puede confirmar lo que digo.

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