26 de febrero de 2011

Mariposas blancas

No a todo el mundo se le acercan tanto las mariposas blancas. Si tienes esa suerte es que tu vida se ajusta benditamente a la armonía de la naturaleza.

3 comentarios:

MALENA MILLARES dijo...

En estos tiempos que corren voy a opositar para que se me acerque una mariposa blanca. Con esto me conformo, significaría que voy poniendo en paz mi vida. Gracias Santiago.

Riforfo Rex dijo...

No se si esta es la clave del texto, pero por si no:
Mariposas Blancas (Platero y yo)
De pronto, un hombre oscuro, con una gorra y un pincho, roja un instante la cara fea por la luz del cigarro, baja a nosotros de una casucha miserable, perdida entre sacas de carbón. Platero se amedrenta.
—¿Va argo?
—Vea usted... Mariposas blancas...
El hombre quiere clavar su pincho de hierro en el seroncillo, y no lo evito. Abro la alforja y él no ve nada. Y el alimento ideal pasa, libre y cándido, sin pagar su tributo a los Consumos...

Editor dijo...

Lo raro, Malena, es que no lleves siempre mariposas blancas a tu alrededor. Esa armonía tiene que ver con gente como tú. Un abrazo.
*
Muchas gracias por la referencia a Platero, Riforfo. Lo leí varias veces y al final todo queda. Seguro que algo habrá tenido que ver con esta imagen. La idea se me ocurrió escuchando una preciosa canción que interpretan Omara Portuondo y Maria Bethania, que repite todo el rato que para cantarle al amor trae mariposas blancas ( y porque los campos de Santa Brígida estaban nevados de mariposas blancas el pasado sábado). Por cierto, me gustó mucho la reseña que le escribiste a Ramallo sobre Ensalada de canónigos. La suscribo de arriba abajo. Otro abrazo