14 de agosto de 2011

Petersburgo


Petersburgo es una novela hipnótica, una novela extraña, unos pocos días que discurren en muchas páginas sorprendentes, la existencia de quienes vivían los albores de la revolución rusa contada desde distintos puntos de vista. Y además es muy rusa, muy Dostoyevsky, muy Tostoi, muy Pushkin y muy Chejov. Merece la pena aventurarse en su lectura, pero teniendo en cuenta que no nos lo van poner nunca fácil para llegar a disfrutar de un argumento formidable, de frases que te detienen en mitad de un párrafo, de fogonazos geniales, de intrigas y de vértigos constantes. Salvando las distancias podríamos compararla con el Ulises de James Joyce o con el San Camilo 1936 de Cela, pero en este caso, en lugar de Dublín o Madrid, nos adentramos en las calles y los canales de San Petersburgo, la ciudad metáfora, el escenario en el que Andréi Biely saca a escena a personajes que van creciendo y creciendo hasta formar parte de nuestros propios sueños. Aparece la locura confundiéndose con el argumento de la obra, pero también nos encontramos con un narrador omnisciente que interpela al lector y lo hace partícipe directo de la trama y de las contradicciones de los muchos personajes que se cuentan y nos cuentan unos días casi tan extraños y tan convulsos como los que ahora mismo estamos viviendo nosotros en otro tiempo, con otras modas, pero con una parecida desorientación histórica. Sin embargo la vida, que es al final la única que cuenta, y la que también queremos que nos cuenten, la reconocemos en cada página de esta novela memorable y extraña que queda fijada inevitablemente en el recuerdo de quien se sumerge en ella con todas las consecuencias.

Petersburgo
Andréi Biely
Akal. 718 páginas. 21 euros

1 comentario:

Editor dijo...

Mil gracias a ti por haberme recomendado su lectura. Un fuerte abrazo