17 de febrero de 2012

Diario de invierno


La vida son estaciones que van pasando, casas que se habitan, mujeres y hombres que se quieren, miedos y anhelos, desesperantes tedios y grandiosos acontecimientos. La vida es una panoplia de sueños posibles e imposibles, de ficciones que parecen realidades y de realidades que cuando media el azar se convierten en argumentos casi increíbles. De todo eso escribe Paul Auster en Diario de Invierno. No todos los días se tiene la suerte de mirar desde cerca la cotidianidad de un escritor como Auster. Esta vez se cuenta a sí mismo sin personajes de por medio, y en el libro nos encontramos a alguien que no ha hecho otra cosa que tratar de encontrarse a lo largo de todos los días de su vida. He leído alguna crítica malsana sobre este libro. Lo acusaban de ser demasiado simple, pero es que su grandeza es justamente esa, la simplicidad con la que se cuenta el escritor, lo carnal que se presenta y el recuento que va haciendo de todas esas pequeñas vivencias cotidianas que al final conforman nuestra biografía y alimentan más tarde nuestros mejores recuerdos. El invierno, para Auster, es la estación en la que uno se adentra cuando pasa de los sesenta años y queda poco del calor de las primaveras y de los días que vivimos pensando que somos inmortales y eternos. Los devotos de Auster disfrutarán con la lectura de este diario y podrán descubrir hasta qué punto ha estado el escritor agazapado detrás de cada uno de sus libros. Los que no se hayan acercado todavía a este escritor pueden entrar por la puerta grande asomándose, de una manera privilegiada, a alguien que sobrevive tratando de espantar a la incertidumbre con cada una de las palabras que va escribiendo.


Diario de invierno. Paul Auster. 243 páginas.
Editorial Anagrama. 17,95 euros.

1 comentario:

manipulador de alimentos dijo...

Un Auster menor! No acabo de pillar ese recurso a la segunda persona para hablar de sí mismo. Aún así, es Paul Auster!!!!