12 de mayo de 2012

Entre Amorosos Desamores


Hay libros que se esperan y se presienten mucho antes de que sean escritos. También hay escritoras que uno sabe que acabarán escribiendo lo que luego te emociona cuando se convierte en ese libro que ya presentías. La escritora que yo esperaba –con la ventaja de haber leído mucho de lo que había ido creando-es Patricia Rojas de Leunda, y el libro es Entre Amorosos Desamores (Editorial NACE 2012). Patricia logra que el amor se convierta ironía, en ternura, en gastronomía, en canción o en juego de cuerpos y de palabras que se acaban confundiendo en el erotismo de la literatura. Se disfruta leyéndolo y releyéndolo (y mirándolo porque cuenta con unas magníficas ilustraciones de G.L.R.). A los textos que componen el libro querría llamarle breverías en lugar de microrrelatos, aforismos o ficciones breves, y los nombro así porque era como llamaba a esa magia de lo grandiosamente minúsculo Dolores Campos-Herrero. Y Lola quizá fue la primera que supo ver en Patricia a esa escritora que ahora no ha hecho más que darse forma a través de sus propias palabras. Querría escribir muchas más cosas sobre este prodigioso y entretenido libro, pero en estos casos soy partidario de que sean esos mismos libros los que se presenten. Lo he tenido difícil para seleccionar algunas de esas amorosas breverías. Les dejo con algunas de ellas para que sean ustedes mismos los que se asomen a ese juego del amor que, una vez descubierto, y a pesar de los reveses o de los desengaños, siempre se quiere seguir jugando. Aquí van algunas de las razones por las que deberíamos seguir insistiendo:


Amores dudosos

No sé si casarme con un jovial cirujano plástico que controle mis arrugas, o con un complicadísimo neurocirujano que vigile mi cabeza.


Amores gastronómicos

Mi quehacer es el de atrapar hombres difíciles, deshuesarlos y ablandarlos en escabeche, para después chuparlos con deleite y escupirlos completamente marchitos.


Amores neutros

Es un amante tan insípido que hasta el pH de sus besos es neutro.


Amores retozones

Quiero una cama ancha para retozar mis amplios amores.


Amores simplemente amores

Se querían desde la infancia, también se quisieron en la adolescencia pero luego se separaron, pues a él le gustaban las mujeres de piyamas de seda y ella los usaba de percal, a él le atraían las infidelidades que tapaba con deslumbrantes joyas, mientras que a ella le gustaban las bagatelas y los hombres de corazón firme.
Después de dar muchas vueltas se volvieron a encontrar, los dos cargaban salados temporales que les pesaban más que los años. Se acomodaron a dormir sin piyamas, a vivir con lo puesto, y en un velero amarraron sus amores.


4 comentarios:

Xiomy González dijo...

Hola soy Xiomara la alumna del IES MESA Y LOPEZ de hace unas semanas.
En nombre de la clase muchísimas gracias por la conferencia dada el otro día y esperamos su regreso por el instituto en cualquier otro momento.
Por mi parte quería que leyera uno de mis textos más sencillitos que ya le había comentado anteriormente (tengo un blog) para que me diera su opinión, ¡un saludo!
Tú eres y formas...
«La sensación de querer tanto a alguien que el corazón se te sale por la boca.
Las ganas de tirarte donde sea para despejar la mente, para olvidar esa sensación prohibida.
Esas ganas locas de pasar horas a su lado olvidando la existencia de otros seres.
Las dudas hacia ese sentimiento, los llantos provocados por el mismo, y la furia que se refleja en una imagen simple de objetos volando lanzados por la fuerza de la impotencia.
Los recuerdos que llegan para retrocederte a un pasado mejor, que podría haber sido presente.
Las caras largas que simbolizan un "no puedo más" o las sonrisas interminables que por el contrarion susurran "Seguiré".»

Editor dijo...

Escribes de maravilla, Xiomara, suponía que lo harías de esa manera. Un placer encontrarte por aquí. Un fuerte abrazo

Editor dijo...

Acabo de poner tu blog entre los recomendados desde mi página. Está genial. Otro abrazo

Xiomy González dijo...

¡Muchísimas gracias! Un abrazo también.