6 de junio de 2012

Aire de Dylan


Otra vez logra que la literatura se subraye a sí misma. Y que se entrecruce, se rebusque y se reinvente. Reconozco abiertamente mi devoción por la obra de Enrique Vila-Matas. Le debo el descubrimiento de muchos autores y miles de minutos de felicidad. Libro tras libro, no hace más que agrandar ese universo en el que uno sabe que se puede refugiar cuando fuera todo es hastío, crisis financiera o desazón. Su última novela, Aire de Dylan, vuelve a moverse por los terrenos literarios y contingentes que acaban comunicando con otros libros suyos y con los libros de todos aquellos autores que respiran o han respirado una brisa literaria de semejantes evocaciones viajeras. En esta novela se habla de fracasos y de claudicaciones, de esfuerzos denodados por llegar a ninguna parte o de sabios cruces de brazos ante la hoja en blanco o ante la vida que se observa desde la ventana. Vale la pena dejarse llevar por el ritmo envolvente de la novela y por todas esas frases que te impiden abandonar durante mucho tiempo la lectura. También por los ecos de sus muchas voces. A Vila-Matas se le lee primero con compulsiva fruición y luego con pausado deleite. Siempre se acaba regresando a sus libros. Unas veces los abres y lees un par de páginas que te reconcilian con la literatura y otras te vuelves a adentrar en una historia que va cambiando todo el rato entre las sombras. No solo se le lee cuando se siguen las pistas que deja trazadas en una hoja en blanco. Justamente detrás de cada una de esas palabras es donde comienzan todos los laberintos.

Aire de Dylan.
Enrique Vila-Matas
Seix Barral Biblioteca Breve. 325 páginas.
19,50 euros

3 comentarios:

E V-M dijo...

Te mando un abrazo desde B. No creas que no te reconocí el domingo pasado en Madrid.

E V-M

http://elisarcourt.blogspot.com/ dijo...

Bienvenida sea tu mirada de Aire de Dylan, Santiago, detrás de los ojos que miran.
Un abrazo.

Editor dijo...

Un abrazo a los dos, y un verdadero lujo que se acerquen por aquí.