27 de septiembre de 2012

Atavismos

Cuando era niño estaban los que acariciaban a los perros y los que los apedreaban, los que enterraban con delicadeza a los gatos muertos y los que trataban de cortarles el rabo, los que miraban asombrados el vuelo de los pájaros y los que sacaban el tirachinas para derribarlos. A medida que he ido cumpliendo años he podido descubrir que no ha cambiado nada. Siguen estando los que crean y los que destruyen, los que viven y los que matan. Solo me tranquiliza comprobar que, a pesar de las insistencias malvadas, los gatos siguen maullando, los perros continúan siendo igual de leales y que aún sigo viendo volar a los pájaros.

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