27 de noviembre de 2012

La lluvia

No importa la oscuridad
si das con las letras que iluminen el papel donde te escribas,
o si la lluvia diluye suavemente la tinta
derramando los trazos de casi todas las palabras.
Cuando llovía solía escribir versos tristes
o me reconocía nostálgico en el vaho de los cristales.
Hoy no sé si soy feliz,
pero llueve y logro mantener a flote mi esperanza.
Incluso sonrío cuando las gotas se confunden con mis lágrimas.

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