8 de noviembre de 2012

Portuarios


Las ciudades con puertos de mar nunca se extravían.
En medio del silencio de la noche ven salir barcos,
siempre están saliendo barcos que improvisan singladuras.
Una vez se separan del noray navegan sus propios sueños.
También se guían por las bocinas cuando se adentran en la bruma,
o avisan ruidosos su llegada a todos los que esperamos en la orilla.
Nunca he logrado vivir mucho tiempo en una ciudad sin barcos.
Supongo que debe ser algo común entre los náufragos.
Los dejo partir; pero siempre sé que podría ponerme a salvo.

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