26 de mayo de 2013

Podredumbres


No hay ninguna flor que brote para terminar en el asfalto.
Estas que ahora arrastra, aún palpitantes y luminosas,
un aburrido barrendero que las mezcla con papeles viejos,
eran flores que tenían que haberse podrido en la tierra
para luego renacer, con otros olores y otros nombres,
a los pies del mismo árbol del que las arrancó el viento.

No hay comentarios: