12 de mayo de 2013

Sandías


No solo la cebolla llena de lágrimas tus ojos.
También la sandía humedece tus pupilas
con el recuerdo que deja el sabor de otros veranos,
porque esa fruta, encarnada y luminosa
 como un lejano atardecer de infancia,
también conserva el olor de las rocas y de las algas.
Por eso da lo mismo el mes en que la pruebes.
Siempre seguirá siendo agosto aunque estés lejos de la playa.

1 comentario:

Mistròc dijo...

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