Hay abrazos que te ayudan a caminar,
palabras de otros que aquietan desastres
y también ojos que te aclaran algunos horizontes.
Los náufragos se agarran a cualquier madero.
Ya luego, cuando habites de nuevo tu isla desierta,
solo te quedarán tus ojos ante tu propio espejo
y habrán de ser tus palabras tu único aliento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario