29 de junio de 2013

Cuadros

La distancia termina enmarcando los rostros que va alejando el tiempo,
solo quedan retratos lejanos en el confuso extravío de la memoria,
museos que recorremos con los ojos cerrados para no extraviarnos.
La vida es una sucesión de cuadros que amarillea nuestra mirada,
lienzos dispersos por todos los rincones de todas nuestras casas.
Cuando los tocas acabas acariciando la textura de tu propia alma.

2 comentarios:

Ignacio Santana dijo...

Hola, Santiago!!!...no dejo de leerte, amigo...es todo un privilegio apreciar parte de tu obra y talento a través de las palabras que aquí compartes.

Un abrazo!!! ;)

Editor dijo...

Hola Ignacio, yo también tengo la suerte de asomarme a esa mirada que nos regalas cuando te asomas a la vida a través de tu cámara. Un gran abrazo