19 de octubre de 2013

Solo de violín

Aquel solo de violín quedó para siempre entre nosotros.
No sé cuánta gente lo estaría escuchando en aquel momento
en cualquier parte del planeta, en cualquier otra circunstancia,
o en aquel café en el que cada noche escapábamos del tedio.
Había humo entonces, la gente fumaba en otras mesas, algunos escribían,
y nosotros nos mirábamos como si acabáramos de inventar el amor.
Fuera caía la nieve; tú habías dejado el abrigo y la bufanda a la entrada.
No me atrevo a contar los años que han pasado sin volver a verte.


No hay comentarios: