El mismo sonido del agua en la plaza.
Otros también pasaron corriendo,
o ensimismados, pensando en sus cosas.
La fuente con la columna salomónica
cada día más desgastada por el tiempo y el agua.
El eco de nuestra voz y otras voces ausentes
confundidas entre el canto de nuevos pájaros.
1 comentario:
Precioso sin más.
Publicar un comentario