11 de marzo de 2014

La residencia

Decía que escribía para olvidar.
Era cuando único estaba a salvo.
Lejos de las palabras era un náufrago,
un hombre que andaba siempre solo
y que casi no salía a la calle.
Era así desde joven, misántropo,
encerrado en su mundo, amanuense,
y un gran lector de poemas y novelas.
Nunca había publicado nada.
Todo lo guardaba para luego releerlo.
Se salvaba con sus propias palabras
y cumplía con los horarios de la residencia.

No hay comentarios: