29 de abril de 2014

La ley de la gravedad

No es como esos santones que uno encuentra sentado en las carreteras de La India. A él también le gusta estar durante horas mirando al cielo. Su abuelo era igual. Lo recuerda sentado todas las tardes debajo de los árboles dejando que pasaran las horas, aunque él dice que el tiempo no pasa si uno es capaz de disfrutar intensamente de lo que tiene en cada momento. Lo estafaron con un fondo de inversión y le robaron los ahorros de toda la vida. Me imagino que en sus adentros sí estará afectado. Ha denunciado la estafa, pero sabe que los más protegidos son justamente los más arteros y vivales. No para de repetir que los mezquinos acaban cayendo siempre por su propio peso.

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