Hay cientos de ojos idénticos a los tuyos, pómulos prácticamente calcados y una sonrisa que te hermana con otras sonrisas que nunca llegaron a ser fotografiadas. Vienes de muchas caras, de otros continentes, de hombres y mujeres con apellidos que ni siquiera serías capaz de pronunciar con tus vocales. No eres solo tú el que está sonriendo en ese retrato. Los otros también miran a la cámara desde un tiempo lejano.
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