21 de mayo de 2010

Temores

Hoy he entrevistado a un enfermero que lleva años trabajando en un servicio de cuidados paliativos. La cercanía diaria de la muerte le hace ver las cosas del día a día con cierto distanciamiento y hasta me atrevería a decir que con despreocupación. Le he preguntado que si hay algo cotidiano que le quite el sueño. Su respuesta ha sido contundente: que me dejen de querer o morir solo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Únicamente el AMOR quedó esperando solo, pacientemente, hasta el último momento...

Anónimo dijo...

Entiendo que no se desee vivir una enfermedad que te llevará a la muerte solo, pero ese transito al otro lado se hará sin compañía, en la más absoluta de las soledades. Eso creo yo.

Editor dijo...

El amor se va siempre con nosotros. Yo creo que es lo único que nos llevamos.
*
Nos vamos solos, tienes razón; pero el tránsito se llena luces cuando partimos sintiendo la mano de alguien que nos despide tiernamente. Lo otro ya no es más que el misterio que nos lleva a escribir y a vivir intensamente. Un viaje sin destino. Cada noche, al dormir, no hacemos más que ensayar esa aventura que nos aguarda.

Bi dijo...

Regresa, guerrero de todos los sueños, con los párpados insomnes, vuelve de la tierra o del abismo. Llega despacio, arrúllame en tus brazos y dame un beso de amor antes de la muerte.

MM dijo...

El enfermero tiene razón. Estar cerca de la muerte hace que no nos preocupemos por tonteras.
Saludos.