17 de octubre de 2012

Temporales


Más allá del mar solo van quedando espejismos,
horizontes que se pierden entre nubes lejanas,
cangrejos que se esconden en las grutas del tiempo.
A la hora en que duermen casi todos los teléfonos,
y cuando están apagados los motores de los coches,
solo se escucha el sonido envolvente de las olas.
No hay ninguna marea que pase de largo.
También los más violentos temporales terminan amainando.

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