De lejos todo termina pareciendo un espejismo.
Un buen día te despierta el sosiego de tu respiración,
o solo escuchas el canto de cientos de pájaros.
No necesitas acelerar ningún paso para llegar al olvido.
La propia vida te irá llevando por la senda del tiempo,
escribiendo y borrando nombres cada día,
biografías que alguna vez tuvieron que ver contigo.
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