29 de diciembre de 2012

El amante

El amante de Marguerite Duras nos enseñó a amar el amor a través de la literatura. El erotismo se hermana con la tristeza y con la melancolía, lo exótico se confunde con lo cotidiano y todo es tan sencillo que al final parece uno de esos grandes libros que todos pensamos que podemos escribir a medida que lo vamos leyendo. No recuerdo quién dijo que esas eran precisamente las historias más grandiosas, aquellas que se cuentan de tal manera que se parecen a la de cualquiera de nosotros. Pocas veces se ha escrito tan bien sobre el amor sin caer nunca en la cursilería o en los caminos trillados. Duras escribe desde la distancia observándose con la perspectiva que siempre dan las heridas del tiempo. Sabe, como sabía el poeta Jaime Gil de Biedma, que los misterios del amor son de alma, pero que un cuerpo es el libro en el que se leen. Vivimos para amar y ser amados, y cuando leemos no hacemos más que buscar nuevos argumentos para aferrarnos aún más a la vida y a todo lo que acontece en ella. En unos tiempos que alientan tan poco a las pasiones del alma resulta conveniente la relectura para no perder el norte entre la maraña de la crisis y sus circunstancias. Al releer o leer  por vez primera este libro de Duras te estás poniendo a salvo de los daños, a veces irreversibles, que causan el tedio y el desencanto en ese misterio que siempre se esconde detrás de cada una de las letras con las que seguimos escribiendo la palabra Amor.


El amante. Marguerite Duras. Tusquets Editores. 146 páginas. Precio: 6,95 euros. 

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