26 de enero de 2013

Dile que pase


Dile que pase, que se siente a tu lado,
que te cuente, que se quede,
que no te tenga miedo, que no le tienes miedo.
Invítala a salir, reserva habitación en un buen hotel,
acaríciala como acariciarías a un gran amor,
a uno de esos inesperados amores, casi milagrosos,
que acontecen cuando no los buscas,
y que te ayudan a sobrevivir en los naufragios.
Dile que gracias a su presencia escribes poemas,
que en el fondo, si no existiera,
no valorarías igual los buenos momentos de la vida.
No hace falta que te empeñes en parecer gracioso.
Sé tú mismo todo el rato,
triste si te toca estar triste,
y alegre cuando te toque estar alegre.
La reconocerás y te dejarás coger de la mano,
y luego pasearás junto a ella, sereno,
siguiendo el rastro que dejan las gaviotas en la playa.
Dile que pase, que se siente a tu lado.
Léele algún libro, arrópala,
que sienta que la quieres con toda tu alma.





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