Los días extraños uno se levanta con sensación de ser otro,
te miras en el espejo y te sorprendes de tu propia mirada.
No suelen ser alegres o tristes esos días raros.
Tampoco estás con muchas ganas de hacerte preguntas.
Si acaso miras el mar o sales a pasear por la calles.
En esos días extraños tu sombra también parece despistada.
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